Amanece el día en Kandy rodeada
de una bruma baja que cuelga de las numerosas verdes colinas que se ciernen
entorno al lago central que reposa a estas horas tempranas remansado como un
espejo. Este paisaje es nuestra primera vista de esta ciudad emplazada entre la
media montaña, rodeada de un verde halo forestal, salpicada de coloniales
mansiones en sus laderas y de una herencia que se ha intentado conservar
inalterable a lo largo de su historia.
Esta ciudad de Kandy fue la
última capital del reino Singales, se mantuvo erguida e inexpugnable a la
invasión colonial de los Portugueses y Holandeses durante tres centurias para
al final ceder y caer en manos del imperio británico en 1815, de hay un poco
del orgullo patriótico de sus moradores. La mayor parte de la vida y movimiento
de esta coqueta ciudad gira en torno a su lago central y su templo sagrado.
Este templo de Alut Maligawa, mas conocido como el templo del sagrado diente,
es el mayor lugar de veneración en todo el pais y guarda celosamente la
respetada reliquia del diente sagrado de Budha.
Algo que nosotros dudamos mucho
es que se trate del diente original de Budha, pero hay que alimentar la fé de
los feligreses.
La historia cuenta que hace 2500
años cuando Budha fue cremado tras su
muerte en el norte de India a unos 4000 kilómetros de distancia de aquí, una
princesa salvo el diente del maestro de ser devorado por las llamas y tras
esconderlo en su cabellera lo trasladó e introdujo en Sri Lanka. Los números
movimientos de capitales a lo largo de la historia, también movieron a la pieza
dental de sitio, cuya fama había crecido en importancia y ahora era reconocido
entonces como un símbolo de la soberanía del pais, aquel que custodiaría la
reliquia tenía el poder de la isla. El diente fue ocultado, custodiado y
protegido celosamente de caer en manos de sus colonizadores a través de la
historia, así como demostró también estar hecho a prueba de bombas, cuando los
tigres tamiles hicieron estallar un camión cargado de explosivos a las puertas
del templo hace 14 años. Hoy en día está protegido por varias carcasas de oro y
se puede venerar durante las tres oraciones diarias, después de superar
exhaustivos controles de seguridad.
¿Pero nos preguntamos nosotros, interesaría
realizar una simple prueba de carbono 14 para datar y autentificar la fecha y
antigüedad del diente?
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